viernes, 20 de agosto de 2010

Dear Mr Henley.

Usted salió "Invictus" en latín. No deja de ser curioso. Que usted cayera en las garras de la circunstancia y yo lo acabe de descubrir como quien dice...
Me he preocupado de que a mí , sí me vean llorar y pestañear ,pero eso sí: comparto la cabeza erguida. Yo siempre pienso que más allá de este lugar no existen los horrores de la sombra.
Ya que usted y yo, señor Henley, estamos de acuerdo en lo principal, deberíamos hacer que los demás también estuvieran de acuerdo. Aunque sólo fuera en eso: somos los dueños de nuestro destino y los capitanes de nuestra alma.
Pero a veces el capitán se debe hundir con el barco, y el destino ,otras veces, pierde los "papeles".
Para que esto no ocurra basta con recordar, releer y si hace falta memorizar uno de sus poemas más famosos, el cual usted tituló como nadie. ¡Ya podíamos aprender muchos!
A titular y a perder el miedo a la edad y con ella a las visicitudes de la vida , le ruego me escriba usted las pautas. Aún no tengo edad para haber aprendido a no tenerle miedo.
Transcribo aquí su poema en la lengua original porque soy partidaría de no traducir las obras de arte, aunque a veces, a alguien como yo le haga falta buscar el significado de un par de palabras, que ni aún traducidas, consiguen aclararse en mi mente.
Un placer invencible, Don Guillermo.
Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.
(W.E. H)

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