"Que todo seso convierte en su fuerza y afición".Todo , Don Jorge, todo. Me hubiera gustado poderle preguntar, y que usted me explicara ,alguna "porfía" suya. O de su época. Caballero de armas y de letras. Supongo que, lo que no canalizaba escribiendo lo hacía luchando. Ahora luchamos también para canalizar la energía. Si al final ,el ser humano, para librarse de los males del amor ,acaba luchando.Contra él mismo o contra otros. Seguro que se reiría si le digo que una de las formas actuales es con pintura de colores. Pero no se alarme usted, que las porfías aún siguen, en el mundo y en todos los corazones.Por desgracia no desaparecerán nunca.
Placer y dolor; y no se imagina usted qué temor y qué osadía. Bueno, sí se lo imagina porque usted lo describió como pocos.
Pero los ojos, no, Señor Manrique, los ojos no. Es al contrario. El corazón se lo hace a los ojos. Cuando al final se ha cumplido condena y le otorgan la libertad diferentes momentos y diferentes sentimientos es entonces cuando se le puede escribir a usted esta epístola , como si no hubiese pasado nada.
Modo de locura, tampoco, es una, propiamente dicha. No se puede dirigir, te dirige él, "como lo quiere y le place",sí pero hasta una vez que te has dado cuenta de su posesión.
En "el toque para probar" caemos todos . Si al final se termina, Don Jorge. Como dijo alguien al que yo admiro tanto como a usted, siglos después: "amor es más poderoso que la muerte pero no más duradero".
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